A mediados del 2013, Philip Stittleburg, jefe del cuerpo de bomberos de La Farge, Wisconsin, y presidente del Directorio de la NFPA en ese entonces, se contactó con la asociación por un incendio que había ocurrido recientemente en su ciudad. El 14 de mayo de 2013, el Cuerpo de Bomberos de La Farge respondió a una alarma de incendio automática de un edificio de oficinas situado en su distrito. Cuando las unidades de socorristas llegaron al lugar, se encontraron con un incendio en un espacio oculto ubicado dentro del edificio. Pero, lo que a primera vista parecía presentarse como una operación de rutina, terminó siendo un incendio de características muy fuera de lo habitual.

Los bomberos pronto se enterarían de que los espacios ocultos del edificio estaban aislados con un material reciclado, hecho de tela vaquera a base de algodón; material este que fue rápidamente consumido por el creciente fuego, que finalmente se propagó hacia un espacio del ático construido con cabriadas de madera liviana y provisto de rociadores automáticos. La estructura del techo inclinado del edificio estaba cubierta con paneles fotovoltaicos (FV) que hacían casi imposible que los bomberos pudieran ventilar verticalmente el espacio del ático.

Durante un plazo que duró 18 horas, los funcionarios y los bomberos de La Farge, junto con aquellos de los diversos departamentos de los alrededores, se enfrentaron a los crecientes desafíos, entre ellos la ubicación del incendio, los materiales utilizados en la construcción del edificio, las limitaciones de la infraestructura para combate de incendios de la ciudad, y muchos más. El incendio finalmente destruiría gran parte del edificio, provocando daños en las propiedades y pérdidas relacionadas por un importe estimado de US$13 millones.

Luego de que el Jefe de Bomberos Stittleburg se contactara con NFPA, y a medida que se conocían más detalles y circunstancias del incendio, más se parecía a un cuento aleccionador sobre el uso de materiales “ecológicos” o “sustentables” en la construcción y lo que pueden significar para las denodadas acciones de los bomberos. La disposición del sistema de paneles FV en la azotea, diseñado para reducir la dependencia en combustibles fósiles del edificio, también presentó serios desafíos para los bomberos. En algunos aspectos, el incidente de La Farge se convirtió en un incendio de tipo «tormenta perfecta»—un incidente que agrupó en un solo hecho, unos cuantos desafíos que había visto en diferentes lugares. NFPA aceptó la invitación del Jefe de Bomberos Stittleburg para visitar La Farge y revisar el incendio. Se me solicitó que viajara a Wisconsin para que viera personalmente cómo estos factores se habían combinado para generar una situación de incendio especialmente desafiante—y evocar las lecciones aprendidas en ese incendio.

El incendio

La Farge es una pequeña comunidad de alrededor de 750 habitantes, ubicada aproximadamente a 42 millas (68 kilómetros) al sudeste de La Crosse, en el sur de Wisconsin. El Cuerpo de Bomberos de La Farge (La Farge Fire Department o LFD) es una organización conformada enteramente por voluntarios: 30 oficiales y miembros que conducen ocho vehículos de una estación ubicada en el centro de la ciudad, bajo el comando del Jefe de Bomberos Stittleburg. Las oficinas de Organic Valley, la cooperativa de productos lácteos orgánicos más grande del mundo, representa tiene un peso económico predominante en la ciudad, con ventas mundiales de aproximadamente US$860 millones en 2012. Según información del sitio web de la cooperativa, organicvalley.coop, la sede de 45,000 pies cuadrados (4,181 metros cuadrados), de tres pisos de altura, fue construida en 2004 por un valor de US$ 5.9 millones y alberga a alrededor de 400 empleados.

El 14 de mayo, a las 16:29, LFD, recibió una alarma de incendio del edificio de oficinas de Organic Valley, en One Organic Way. A las 16:31, el centro de envíos recibió una llamada telefónica de un jefe adjunto de LFD, empleado de las instalaciones, quien confirmaba la presencia de un incendio en el edificio. Los vehículos de LFD llegaron al lugar a las 16:36. El Jefe de Bomberos Stittleburg llegó poco tiempo después y tomó el comando del incidente. Al llegar, el jefe observó que había humo saliendo del ala oeste del edificio, en las cercanías de una escalera. Un ex miembro del cuerpo de bomberos que en ese momento trabajaba para Organic Valley buscó al jefe de bomberos para informarle que se veía humo saliendo del piso de la planta baja y que llegaba hasta la planta del segundo piso, en el sector oeste del edificio. Los ocupantes del edificio habían salido de manera segura.

El edificio consta de dos alas conectadas por un área central de vestíbulos. Mientras los bomberos comenzaban a buscar el asentamiento del fuego por el ala oeste del edificio, notaron que el incendio se propagaba verticalmente en el interior del muro, así como también horizontalmente dentro del muro del ala sur y en el espacio del ático del ala. La propagación interior fue determinada por la decoloración de los paneles de metal del exterior del edificio. Se les dijo a los bomberos que los muros estaban aislados con material de fibra de algodón, compuesta principalmente por tela vaquera cortada.

Los pisos de la estructura estaban construidos con cabriadas de madera paralelas, espaciadas a 24 pulgadas (61 centímetros) del centro. La estructura del techo estaba construida con cabriadas de madera liviana compuestas por componentes de 2 x 12 pulgadas (5 x 30 centímetros), 2 x 8 pulgadas (5 x 20 centímetros) y 2 x 6 pulgadas (5 x 15 centímetros), asegurados con placas de refuerzo de metal. Las cabriadas del techo estaban espaciadas a 7 pies, 6 pulgadas (2.3 metros) del centro y las placas de refuerzo estaban espaciadas a 3 pies, 9 pulgadas (1.1 metros) del centro. La superficie exterior del techo era de paneles de techo de metal con juntas de plegado saliente, que estaban sujetados a las cabriadas del techo. El sistema del techo había sido diseñado para sostener la carga que representaba el sistema de paneles FV.

El edificio estaba equipado con protección con rociadores automáticos en toda su extensión. Los sistemas de rociadores de tubería húmeda instalados dentro de las tres plantas estaban diseñados para 0.10 gpm/pie cuadrado sobre 1,500 pies cuadrados. El sistema de tubería seca con ático estaba diseñado para 0.10 gpm/pie cuadrado sobre 1,950 pies cuadrados. Se incluyeron las asignaciones para chorros de manguera de 250 gpm.

Una segunda autobomba de La Farge arribó al lugar, con la conexión del cuerpo de bomberos para los sistemas de rociadores y así dio apoyo a los sistemas durante todo el incidente. A las 16:37, el comandante del incidente requirió vehículos de bomberos con escaleras para operaciones en altura, así como también bomberos adicionales provenientes de las comunidades cercanas de Viloa y Viroqua.

Los bomberos accedieron al techo inclinado del ala oeste y así pudieron determinar la extensión del sistema de paneles FV. La mayor parte de la superficie del techo situada hacia el sur estaba cubierta por 130 paneles, lo que hacía casi imposible realizar las operaciones de ventilación vertical. El sistema FV tenía una capacidad nominal de 70kW; ese día estaba parcialmente nublado pero con mucho sol, de modo que los paneles habrían alcanzado practiamente su máxima carga. El comandante del incidente ordenó a los bomberos que permanecieran lejos del techo, debido a encontrarse los FV energizados y además por desconocer la condición del sistema de soporte de las cabriadas de madera situadas por debajo. No se intentó la ventilación vertical.

Mientras tanto, por la decoloración de los paneles de metal exteriores, se hacía evidente que el fuego continuaba su recorrido, no solo horizontalmente a través del espacio del ático, sino también verticalmente dentro de los muros del ala. Los bomberos accedieron al espacio del ático a través de una pequeña abertura en el ala este, pero debido a la falta de ventilación adecuada no pudieron permanecer en el espacio del ático por el intenso calor y el humo y se vieron obligados a retroceder.

Desde el interior y exterior del edificio, bomberos continuaron abriendo los espacios ocultos de los muros y cielorrasos, a fin de determinar el recorrido del fuego en estos espacios. A las 17:12 y nuevamente a las 17:17, se requirieron bomberos adicionales de los cuerpos de bomberos contiguos, de Westby y Hillsboro, y a las 17:42, se solicitó al cuerpo de bomberos de Richland Center, otro vehículo con escalera para operaciones aéreas.

También se le requirió a la compañía de energía local, La Farge Public Utility, que aislara la energía eléctrica dentro del complejo, a fin de proteger a los bomberos que estaban trabajando en el intenso incendio. Durante esta operación alrededor de las 18:30, se utilizó un camión canastilla de la compañía de electricidad para observar la condición de los paneles FV del techo del ala oeste.

La estructura del techo había comenzado a mostrar señales de debilitamiento y comenzaron a ocurrir derrumbes localizados en el espacio situado alrededor de los paneles FV. Algunos de estos paneles de FV comenzaban a deformarse y caer en el interior del espacio del ático. Se hizo una lectura para verificar si había corriente eléctrica que estuviera siendo dirigida a través del techo de metal y se detectó el movimiento de 50 voltios de corriente directa moviéndose a través de los paneles de metal, suficiente para una descarga que podría—bajo determinadas circunstancias—poner en riesgo la vida de una persona.

Se hizo evidente que los paneles de FV estaban, en cierta medida, todavía energizados, y que el techo colapsado creaba una vía para que la corriente eléctrica pasara a través de la estructura del techo de metal, energizando los paneles. Esta información fue transmitida al comandante del incidente, quien a su vez se la suministró a las fuerzas de combate de incendios. Si los bomberos se hubieran encontrado trabajando en el techo en ese momento, es muy probable que hubieran sufrido heridas, además de correr un significativo riesgo de perder la vida.

Fueron surgiendo nuevos problemas. Mientras los bomberos continuaban con sus denodadas acciones, a las 18:15 se le notificó al comandante del incidente que había problemas con el suministro de agua proveniente del hidrante del sitio. El hidrante parecía estar funcionando apropiadamente, pero la presión del agua había disminuido de manera significativa desde la llegada de las unidades de los cuerpos de bomberos. Se determinó que un derrumbe parcial de las cabriadas del techo había afectado el sistema de rociadores de tubería seca del espacio del ático, lo que provocó que desde las tuberías rotas cayera agua en el interior del edificio. También se le informó al comandante del incidente que a ese nivel de consumo, el sistema de agua municipal, con una capacidad de 101,000 galones, estaría drenado en 45 minutos.

A las 18:31, se decidió establecer una operación de transporte para el suministro de agua, utilizando camiones cisterna de la región en reemplazo del sistema de agua municipal. Se utilizaron seis cisternas para extraer agua desde el cercano Río Kickapoo y transportarla hasta el sitio del incendio, donde fue transferida hacia un gran tanque de almacenamiento portátil; los camiones autobomba conectaron sus mangueras al tanque portátil para continuar con sus acciones de extinción del fuego. Se apagaron los sistemas de rociadores del segundo piso y de los espacios de áticos, tanto del ala este como del ala oeste, para detener el flujo de agua desde las tuberías rotas.

El fuego continuaba consumiendo el ala oeste del edificio. A las 20:08 se pidieron recursos adicionales para el combate del incendio a los cuerpos de bomberos de Yuba y a las 20:14 al de Coon Valley, y nuevamente a las 00:17 al de Stoddard y a las 00:29 al de Cashton. Las acciones de supresión finalmente se focalizaron en el área central del edificio, cerca del vestíbulo, con la intención de contener el incendio en el ala oeste y evitar que se propagara al vestíbulo y a un ala de oficinas similar situada en el lado este.

Con el derrumbe parcial del techo del ala oeste y la subsiguiente ventilación del fuego, del humo y de los gases, las dotaciones de bomberos pudieron acceder al ático y extinguir el incendio que estaba recorriendo todo ese espacio. Las acciones de extinción cobraron impulso en todos los tres pisos. Se determinó que las operaciones de revisión y reacondicionamiento continuarían durante la noche y las dotaciones rotarían en turnos de tres horas durante la noche y hasta el día siguiente.

El incidente se declaró como controlado el 15 de mayo a las 10 de la mañana—casi 18 horas después de haberse recibido la alarma desde Organic Valley. En el incendio habían participado 116 bomberos y personal de emergencias médicas, junto con 31 vehículos, de 10 comunidades diferentes.

No solo por los paneles FV: un análisis del incendio de Organic Valley

A principios de junio del 2013 viajé a La Farge para investigar el incendio de Organic Valley. Incluso antes de partir hacia Wisconsin, comencé a hacer una lista de preguntas, que esperaba encontrarían respuesta mientras estaba allí. Ciertamente el rol del sistema de paneles FV ocupaba uno de los primeros lugares en mi lista, ya que habían sido destacados en las fotografías del incendio y sus secuelas. Sin embargo una vez que me encontré en el escenario, y mientras hacía las entrevistas y me informaba mejor sobre el incidente, se me hacía evidente que los paneles FV eran tan solo un aspecto de los desafíos con los que se habían enfrentado los socorristas en mayo.

Entrevisté al Jefe de Bomberos Stittleburg y otros miembros del cuerpo de bomberos, y hablé con los investigadores del cuerpo de bomberos y con la compañía de seguros de Organic Valley. Todos se mostraron preocupados por los paneles FV, ya que eran los que habían mantenido a los bomberos alejados del techo y contribuido a su derrumbe y a la subsiguiente energización de los paneles de metal del techo. Pero también planteaban interrogantes sobre los elementos de construcción de peso liviano del edificio; aunque el techo estaba diseñado para soportar el peso de los paneles FV, se cuestionaban el tiempo que les llevó a esos elementos de peso liviano caer, y derivar en un derrumbe.

El recorrido del fuego también fue un elemento de gran preocupación; se había informado que el incendio había comenzado en el interior del muro del extremo del ala oeste—fuera del alcance de los rociadores— y se había trasladado vertical y horizontalmente en el interior de los muros, hasta finalmente afectar toda el ala. Ese patrón de recorrido planteó interrogantes acerca de la combustibilidad del aislamiento de tela vaquera-algodón, así como también interrogantes sobre la presencia, y efectividad, de los elementos de bloqueo contra el fuego del interior de los muros. Fue evidente que diversos métodos, materiales y sistemas de construcción «ecológicos» o «sustentables» habían contribuido a un incendio peligroso, de grandes dimensiones.

CONSTRUCCIONES DE PESO LIVIANO Actualmente es habitual el uso de una construcción del tipo de peso liviano en todas las clases de edificios. El uso de componentes estructurales de madera de obra y de metal «diseñados mediante ingeniería» se comercializa como más respetuoso con el medio ambiente (y también como más económico) que el uso de madera de obra dimensionada y puede encontrarse en muchos tipos de ocupaciones. Si quedan desprotegidos, estos elementos de peso liviano pueden caer mucho más rápido que los de madera dimensionada cuando están expuestos al fuego, lo que aumenta el riesgo de muerte o lesiones en los bomberos y los ocupantes de edificios. Las cabriadas del techo de Organic Valley estaban construidas con este método de peso liviano, y su eventual derrumbe provocó la rotura de las tuberías de los rociadores situadas en el ático, lo que derivó en grandes extracciones del suministro de agua durante las acciones de supresión de incendios.

Durante años, los bomberos han conocido los potenciales riesgos representados por los componentes estructurales desarrollados mediante ingeniería y las características de las construcciones de peso liviano. Aun así, es necesario que los bomberos sepan que podría haber un potencial derrumbe cuando dichos componentes estructurales se ven involucrados o expuestos al fuego. El conocimiento de las características de construcción de edificios, mediante la planificación previa a un incendio, recorridos e inspecciones de los edificios, le permite a los bomberos y oficiales del cuerpo de bomberos diseñar en plazos más cortos, su estrategia y tácticas que tomen en cuenta la rápida propagación del incendio y el potencial de un derrumbe en edificios con construcciones de peso liviano.

AISLAMIENTO DE FIBRAS NATURALES O COMPONENTES DEL EDIFICIO Organic Valley se enorgullece de su compromiso con la sustentabilidad ambiental y no solamente de los productos que comercializa. Su sitio web incluye un informe detallado sobre este compromiso , en el que se remarca el uso de las fuentes de viento y energía solar, que utiliza la cooperativa y además cita que el 32% del combustible utilizado por su flota local, es aceite vegetal puro o de base biológica; y tienen como meta para antes del 2015, que sea el 60%.

Lo mismo es válido para su sede de La Farge. En el sitio web de la cooperativa se incluye una lista de las numerosas características «biológicas» del edificio, desde tecnologías de ahorro de energía hasta materiales de construcción con bajo contenido de compuestos orgánicos volátiles, que pueden afectar la calidad del aire. Se utilizaron diversos materiales renovables y reciclados en la construcción del edificio de Organic Valley, incluido el material de aislamiento, que fue fabricado con tela vaquera reciclada post-consumo y tratado con un moho e inhibidor de moho no tóxico.

El material de fibra de algodón tiene un valor aislante similar al de los aislamientos de fibra de vidrio convencionales pero a diferencia de estos últimos que no son combustibles el material de fibra de algodón resulta combustible en determinadas condiciones. En Organic Valley, el aislamiento de algodón desempeñó un importante rol en el recorrido del fuego por los espacios ocultos de muros y cielorrasos. La bibliografía de los productos indica que el material de aislamiento tiene una «certificación contra el fuego de Clase A»—más específicamente, la bibliografía cita una certificación superior de «Clase 1» para la propagación de las llamas, según la prueba descripta en ASTM E84 y una certificación superior de «Clase 1» en la prueba de humo descripta en UL 723, aunque estas pruebas en realidad solamente aplican certificaciones de Clase A, B o C. También es posible que estas pruebas puedan no ser las correctas para aplicar a este material en particular. La bibliografía de los productos no especifica si el material de aislamiento había sido tratado con retardador de llama.

El uso de materiales aislantes de fibras naturales es cada vez más frecuente como un medio para cumplir con los requisitos de las «construcciones ecológicas». Los bomberos necesitan saber cuándo este tipo de aislamiento se utiliza dentro de un edificio, debido a que el potencial recorrido del fuego en espacios verticales y horizontales tendrá que ser tomado en cuenta.

SISTEMAS FV Actualmente, en el campo de la construcción de edificios, resultan relativamente nuevas las instalaciones de sistemas de paneles FV en, sobre y alrededor de muchos tipos de estructuras. Los cuerpos de bomberos se encuentran con estos sistemas de paneles en las azoteas de todo tipo de ocupaciones, desde viviendas unifamiliares hasta en grandes edificios industriales. Los sistemas pueden ser tan pequeños como de unos pocos paneles que complementan el sistema eléctrico de un edificio, o tan grandes como cientos de paneles diseñados para suministrar energía a las instalaciones, así como también para su reventa a la compañía del servicio público local.

Una importante consideración, en especial para los bomberos, es saber y tener en cuenta que mientras sigan recibiendo una considerable cantidad de luz, los paneles FV pueden continuar generando energía eléctrica. La interacción de los bomberos alrededor o debajo de los paneles—especialmente en las condiciones desfavorables, por la presencia de humo y gases calientes, asociadas con el combate de incendios—hace que el desarrollo de las tareas en las cercanías de sistemas de paneles FV sea una operación peligrosa. El acceso al techo en medio de paneles FV puede ser dificultoso, debido a los conductos y otros componentes del sistema FV que están ubicados en toda el área del techo. Durante el combate de incendios es importante tomar en cuenta que el sistema de paneles FV no puede ser “simplemente apagado”, dado que generan corriente eléctrica continuamente. Sin embargo, pueden estar aislados del sistema eléctrico del edificio.

En el incendio de Organic Valley, la decisión de no enviar a los bomberos al techo del edificio para las operaciones de ventilación fue tomada prontamente. Esto terminó siendo una precisa evaluación del riesgo, cuando posteriormente se detectó que, dado el derrumbe del sistema del techo del edificio, la cubierta del techo estaba energizada debido a los paneles FV en contacto con los paneles de metal del techo. Tanto las acciones de supresión como de revisión y reacondicionamiento fueron complejas debido al hecho de que el sistema FV continuaba generando electricidad. En el incendio de Organic Valley, como en la mayoría de los incendios en sistemas FV, los bomberos no pudieron acceder a muchas de las áreas de la estructura hasta que los paneles fueron quitados o aislados de manera segura.

SUMINISTRO DE AGUA Y DESEMPEÑO DE LOS ROCIADORES En tanto al suministro de agua público, La Farge tiene las características habituales y está diseñado y dispuesto para satisfacer las necesidades del centro de la ciudad en un día normal: para uso doméstico, industrial liviano y comercial. Un incidente de incendio de grandes dimensiones, para el que se usan miles de galones de agua en un corto período y que utiliza solamente el sistema de agua doméstico, puede, generalmente, representar una carga adicional para el sistema y provocar su falla. En el incendio de Organic Valley, el derrumbe del techo y la posterior rotura de la tubería principal de los rociadores del ático derivó en un rápido drenaje de los tanques de retención del sistema de agua comunitario.

Es necesario que los cuerpos de bomberos tomen en consideración dichos escenarios cuando se enfrentan al desarrollo de sus comunidades. Los bomberos necesitan saber si el suministro de agua público se verá sobrecargado por un incidente de grandes dimensiones y necesita planificar alternativas tales como las operaciones con camiones cisterna que se utilizaron durante el incendio de Organic Valley o el uso de una manguera de gran diámetro que transfiera agua desde una fuente estática, como un lago o estanque o embarcación para combate de incendios, hasta un incendio.

La investigación del incendio de Organic Valley confirmó que el sistema de rociadores del edificio funcionó de acuerdo con lo previsto, pero su efectividad se vio afectada por las circunstancias del incendio. Los rociadores funcionaron dentro del edificio, incluido el ático, pero debido al recorrido vertical y horizontal del fuego en los espacios ocultos del ala oeste del edificio, no lograron implementarse todas las capacidades de supresión de los rociadores. Los veedores dijeron que los rociadores pudieron lentificar el incendio, pero no pudieron llegar al asentamiento del fuego para una extinción efectiva.

Los desafíos que se plantearon en el incendio de Organic Valley subrayaron más ampliamente temas que se presentan, en la seguridad contra incendios, relacionados con las construcciones sustentables. Las técnicas de construcción de edificios ecológicos están cobrando impulso en todo el mundo, ya que los códigos de edificación requieren un mayor ahorro de energía y dado que se otorga mayor crédito a los edificios y emprendimientos que aplican métodos, materiales de construcción y equipos que permitan el ahorro de energía. A medida que se emprenden estas acciones, es importante reconocer que las partes interesadas no son solo los ocupantes de edificios y los bomberos; incluyen también a los diseñadores de edificios, los diseñadores e instaladores de sistemas, a los inspectores, a los responsables de la elaboración de los códigos y otros. Todas estas partes interesadas deben participar en los debates en curso, sobre la mejor manera de abordar los interrogantes que surgen, sobre seguridad contra incendios en estructuras que utilicen estas nuevas y emergentes tecnologías.

NFPA ya está desempeñando un importante rol en la conducción de dichos debates. El Código Eléctrico Nacional de 2014, por ejemplo, ha introducido cambios con el fin de contemplar las inquietudes relacionadas con la seguridad de los bomberos respecto de los paneles FV y en la edición 2012 de NFPA 1, Código de Incendios, Sección 11.12 se incluye información sobre un amplio rango de temas relacionados con sistemas de paneles de FV. Además, la Fundación de Investigación de Protección contra Incendios interviene en actividades de investigación que contemplan los distintos aspectos de la seguridad de las construcciones ecológicas. Esta tarea, así como aquella emprendida en Underwriters Laboratories y en otras entidades, promete ofrecer los fundamentos analíticos de algunos de los problemas asociados con la construcción sustentable.

Durante años, los bomberos han proporcionado anécdotas que evidencian estos problemas y organizaciones como la National Association of State Fire Marshals (Asociación Nacional de Jefes de Bomberos Estatales) han cumplido un rol fundamental en posicionar estos temas entre las inquietudes más importantes para ser abordadas. En la actualidad y durante los años venideros, la cantidad de información que prometen brindar los bomberos en esta área específica, serán de gran utilidad para la elaboración de códigos y normas adicionales.

Bob Duval es director regional de Nueva Inglaterra (EE.UU.) e investigador de incendios de NFPA.

El Problema FV

El 1 de septiembre de 2013, se produjo un incendio en un depósito de alimentos de almacenamiento en frío de 366,000 pies cuadrados (34,003 metros cuadrados) de Dietz & Watson, elproblemaFVMás de 7,000 paneles FV cubrían el techo del depósito de Dietz & Watson de New Jersey, lo que dificultó las acciones de combate del incendio.

situado en Delanco, New Jersey. Cuando las primeras unidades arribaron al lugar, informaron la presencia de un incendio en el techo del edificio. Cuando los bomberos observaron el techo con las escaleras aéreas, vieron que toda la superficie del techo estaba cubierta con paneles fotovoltaicos (FV)—más de 7,000 paneles—que se utilizaban para generar energía eléctrica para el edificio, así como para su reventa a la compañía del servicio público.

La presencia de los paneles hizo que fuera difícil, si no imposible, para los bomberos acceder al asentamiento del fuego. El incendio fue combatido de una manera defensiva en toda su extensión y el edificio y sus contenidos fueron completamente destruidos. El intenso incendio requirió la respuesta de cientos de bomberos y gran cantidad de vehículos de todo el estado, y llevó más de 24 horas controlarlo.

El incendio de Dietz & Watson está entre los últimos de una serie de incendios en que la presencia de paneles de FV, de uso cada vez mayor en azoteas de edificios industriales y comerciales presentara un problema. El acceso a azoteas y los temas relacionados con la seguridad eléctrica que plantean estos sistemas son una gran preocupación para los bomberos, en especial si se toma en consideración que, la creciente popularidad de los paneles FV significa que la interacción entre bomberos y equipos eléctricos energizados tenderá a aumentar en los próximos años.

Para abordar estas inquietudes, diversos estados están considerando la promulgación de leyes cuyo propósito sería mejorar la seguridad de los bomberos trabajando en cercanía con los sistemas de paneles FV. En New Jersey, por ejemplo, el proyecto de ley 507 del Senado procura mejorar la seguridad de los bomberos, requiriendo que los edificios no residenciales, con paneles solares en sus techos, tengan colocados cerca de la entrada principal del edificio, emblemas con las letras «P/S», por paneles solares, para notificar al cuerpo de bomberos local. El proyecto de ley también requeriría que los edificios con paneles FV estén equipados con interruptores de apagado externos, a fin de reducir o eliminar el peligro de electrocución.

NFPA también está desempeñando un rol principal en la consideración de los temas de seguridad contra incendios relacionados con los sistemas FV. El Código Eléctrico Nacional  de 2014, por ejemplo, ha introducido cambios con el fin de contemplar las inquietudes relacionadas con la seguridad de los bomberos respecto de los paneles FV, incluida una disposición para el rápido apagado de los sistemas FV de edificios, y en la Sección 11.12 de la edición 2012 de NFPA 1, Código de Incendios, se incluye información sobre un amplio rango de temas relacionados con estos sistemas. La Fundación de Investigación de Protección contra Incendios está encabezando la investigación sobre las ramificaciones que presentan las construcciones ecológicas y las tecnologías sustentables en su relación con la protección contra incendios y los bomberos, incluyendo temas específicos relacionados con la seguridad que plantean los sistemas de paneles s FV para los bomberos.

Mientras tanto, los bomberos continúan enfrentándose a los potenciales peligros que presentan los sistemas FV. El 1 de diciembre de 2013, otro incendio ocurrido en New Jersey, en el que se vieron involucrados los paneles de la azotea de un edificio comercial—esta vez en el Municipio de Florence—provocó daños en varios de los sistemas. Se observaron dos diferencias importantes entre este incendio y el incidente de Dietz & Watson: el incendio del Municipio de Florence fue detectado tempranamente y la disposición de los sistemas de paneles FV en el techo permitió al cuerpo de bomberos acceder al área del incendio. Los bomberos pudieron aislar el incendio sin exponerse directamente a los arreglos FV energizados. —B.D.

Ecológico + seguro

En 2010, la National Association of State Fire Marshals (NASFM) publicó un informe sobre temas relacionados con el desarrollo y la construcción sustentable, que son motivoecologicoysegurode preocupación para los bomberos. Si bien ello identificaba diversas características preocupantes de la planificación y construcción de las comunidades, no se detallaban los datos sobre la extensión real del problema ni los medios específicos para resolver las cuestiones en las distintas etapas de planificación, diseño, construcción y uso de los edificios. Desde ese informe fundamental de la NASFV, se han llevado a cabo otras acciones de investigación para analizar con mayores detalles estos y otros temas relacionados.

En función del análisis llevado a cabo por la Fundación de Investigación de Protección contra Incendios, y de los datos e información suministrados en la investigación del Instituto Nacional de Normas y Tecnología (National Institute of Standards and Technology), Underwriters Laboratories y otros, existen claras indicaciones de un aumento en los peligros y riesgos a los que se enfrentan los bomberos en incendios en edificios realizados con elementos de construcción ecológica. Si dichos elementos no son comprendidos, cuantificados y mitigados, seguirán provocando lesiones y muertes en los bomberos.

A fin de abordar estos problemas, la Fundación de Investigación ha emprendido un nuevo proyecto, «Cuantificación de las características de las construcciones ecológicas para la seguridad del combate de incendios». Los resultados de esta acción contribuirán directamente a reducir el potencial de lesiones y muertes en el escenario del incendio, ya que facilitarán el reconocimiento de los riesgos relacionados con construcciones ecológicas, y así adoptar respuestas tácticas apropiadas para los entornos de incendio previstos y el desempeño estructural, en función de las construcciones contemporáneas y las cargas de fuego.

La meta del proyecto es reducir las lesiones y muertes de bomberos vinculadas a entornos de incendio desconocidos o no previstos y a respuestas estructurales asociadas con los edificios ecológicos y los elementos de construcción ecológicos. Los objetivos que permiten cumplir con esta meta incluyen la cuantificación del impacto en la seguridad de los bomberos, en un incendio en edificios ecológicos; y el desarrollo de una herramienta de diagnóstico que contribuya a la identificación de las características de las construcciones ecológicas con riesgos significativos y de las opciones de mitigación y la mejor preparación los bomberos para combatir incendios de estas características.

Para lograr estos objetivos, el proyecto desarrollará y someterá a prueba medios para la recopilación de datos sobre incidentes de incendio, específicamente en incendios domésticos que presentan las características de construcciones ecológicas, y en particular aquellos que han provocado lesiones o muertes para los bomberos. Cuantificará el aumento de los peligros o riesgos de incendio, o la disminución del desempeño del fuego, en relación con las características de las construcciones ecológicas de edificios residenciales y comerciales. Mediante la revisión de los datos sobre pruebas de incendio existentes y la realización de pruebas del desempeño del fuego en elementos de construcciones ecológicas seleccionados, entre ellos los sistemas de envoltura de construcciones estructurales y los atrios ventilados de manera natural versus de manera mecánica; desarrollará una herramienta de diagnóstico para contribuir a la evaluación de los peligros y riesgos de incendio de los edificios ecológicos y las características para las construcciones nuevas y existentes; investigará las modificaciones en las tácticas de combate de incendios según sea apropiado para las tecnologías de las construcciones ecológicas; y elaborará los materiales para la capacitación y el entrenamiento del personal de los servicios contra incendios sobre los riesgos para la seguridad y las tácticas en este tipo de construcción.

El proyecto de tres años está dirigido por el Worcester Polytechnic Institute (Instituto Politécnico de Worcester), con la colaboración de la Universidad de Maryland y el FPRF, y se ha previsto su finalización para julio de 2017.

Fuente: http://www.nfpajla.org/archivos/edicion-impresa/bomberos-socorristas/1150-tormenta-perfecta

 

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